Señor
tu silencio es solemne,
como otrora lo fuere,
tal vez sí o tal vez no,
el ministerio que permanece
en mi alma llagada y alegre,
y son mis espirituales células,
juguetes biológicos,
cuya consigna es…
entretejer mi vida
y jugar con mi muerte.
Que preciosa percepción del Señor, gracias Padre Tomas.
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Un placer poder compartir mis sencillos poemas. Gracias hermano Julio César
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